lunes, 13 de enero de 2014

Colección Patricia Phelps de Cisneros, Aitor Ortiz



Colección Patricia Phelps de Cisneros
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia
Madrid. Carácter permanente.

El Museo Reina Sofía presenta una selección de 34 obras de arte abstracto geométrico latinoamericano perteneciente a la coleccionista venezolana, Patricia Phelps de Cisneros. Las piezas, que están depositadas en la planta cuarta del museo, tratan de romper con sus significados los relatos hegemónicos del arte que situaron a los Estados Unidos y sus artistas de los 50 del Expresionismo Abstracto, como dominadores de los discursos artísticos. El arte latinoamericano, desatendido durante muchos años y expuesto ahora aquí, trata de abandonar su posición de periferia, colocándose al tiempo como nexo de unión entre lo hecho en Europa en décadas anteriores y el posterior arte de los 60 y los 70.

En esta nueva muestra se recogen creadores que se mueven entre Montevideo, Buenos Aires, Caracas, Sao Paulo o Río de Janeiro. El debate en torno a la forma geométrica dividió a los creadores latinoamericanos entre los que pensaron en la construcción de las formas partiendo de leyes naturales absolutas, conectadas con fenómenos de la naturaleza que están por encima de la acción del hombre, como la disposición de las semillas de un girasol o las elipses de una concha marina, y los que desafiaron ese absolutismo. Entre los primeros podemos ver en estas salas algunos de los trabajos de Josef Albers, Max Bill, Tomás Maldonado o Juan Melé. En línea con la segunda corriente se encuentra el trabajo de Lygia Clark o Helio Oiticica. Las obras de la primera, llamadas ‘bichos’, son objetos tridimensionales que posibilitan la manipulación.

Por último, se muestran obras de artistas que basan sus discursos en función de la perspectiva de la visión a partir del movimiento del espectador. Estos creadores, como Carlos Cruz Díez, Jesús Soto o Gego, incitan al público a mirar sus piezas desde distintos puntos con la finalidad de que descubran los juegos de reflejos y movimientos de colores y formas que generan la luz y el espacio.




Aitor Ortiz. Noúmenos.
Galería Max Estrella. Madrid.
Hasta el 18 de enero.

El artista bilbaino Aitor Ortiz vuelve a la galería madrileña Max Estrella para presentarnos su último trabajo: 'Noúmenos'. Una obra que se aleja significativamente de su fotografía elaborada a partir de construcciones arquitectónicas reales, para adentrarnos en el campo de las formas puras o esenciales que carecen, según el concepto filosófico de Noúmeno, de toda significación.

Al contrario que en la fenomenología donde se afirma que es desde el cuerpo que procesamos nuestras experiencias cotidianas (a partir del movimiento del cuerpo en contacto con el mundo exterior), este nuevo trabajo de Aitor Ortiz parte de una introspección absoluta, originada a partir de la intimidad del artista a la hora de trabajar. Al contrario que en el caso de los fenómenos, los noúmenos de Ortiz, son entes que no se someten a la lógica empírico científica. Existen más bien como formas esenciales o puras que están por encima de los procesos naturales.

Estas creaciones a medio camino entre lo fotográfico, lo pictórico y lo escultórico, son especies de cajas cuyas imágenes se presentan a modo de mallas o estructuras. Estéticamente (que no conceptualmente), a su vez recuerdan a algo vivo, orgánico, como las ondas provocadas al lanzar un elemento sobre la superficie del agua, o las ondas emitidas por el sonido. Además, la serie parece estar sometida a un constante movimiento, que nos habla de un futuro indescifrable. Los colores, blancos, negros y grises, denotan un estado de trance y solemnidad a la hora de contemplar estas visiones del mundo no racional.

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