miércoles, 26 de marzo de 2014

Las caras de admiración por el cine se convirtieron en caras de terror por los bombardeos

El cine de José Val del Omar (Granada, 1904-1982) compone un ‘corpus’ de creación experimental poco conocido en nuestro país. Realizamos en esta entrevista con la ayuda de Gonzalo Sáenz de Buruaga y Piluca Barquero, familiares, expertos en la obra del creador granadino y albaceas de su legado, un recorrido por vida de este realizador y fotógrafo experimental cuya obra forma parte de una muestra dedicada a una década fundamental en la cultura y el arte español.
En esta entrevista descubrimos aspectos apasionantes del trabajo de Val del Omar en las Misiones Pedagógicas durante la Segunda República y en los años de la Guerra Civil. El universo de Val del Omar es complejo, marcado por un concepto poético de lo audiovisual. Su obra, suma de tradición y de vanguardia, se resume a través de ‘la mecánica mística del cine’, concepto creado por él, en el que resume su anhelo por hacer del cine una experiencia de arte total, en la que trataba de involucrar al unísono todos los sentidos del espectador.

El archivo Val del Omar, que se constituye al localizar, organizar y catalogar el conjunto de documentos que conforman la obra de este director, ¿cuándo y de qué forma comienza? 

Gonzalo Sáenz de Buruaga: “Val del Omar existe gracias a María José, su hija. Sin ella su figura no hubiera tenido ninguna repercusión. Ella trabajaba en el cine americano, gracias a lo cual se podían financiar las películas de su padre”.

Piluca Barquero: “En mi opinión es en 1989 cuando se empieza a trabajar de manera más seria en el Archivo Val del Omar. Lo digo, porque es cuando se comienza a trabajar en el libro ‘Val del Omar sin fin’ y con él cuando se inicia la gran recuperación de su trabajo. El laboratorio PLAT (Picto Lumínica Audio Táctil), el estudio de Madrid donde trabajó durante sus últimos años fue un regalo de Gonzalo (su yerno) y de María José. El realizador tuvo épocas de trabajos rentables como en los Estudios Chamartín, como jefe de Efectos Especiales, en ENOSA (Empresa Nacional de Óptica S.A.), en la antigua Escuela de Cine, o en los Festivales de España. Val del Omar tuvo muchos trabajos alimenticios”.

En los años 20, Val del Omar viajó a Francia, se sabe poco de esa etapa, ¿por qué es más desconocido este momento?

GSB: “Visitó París muy joven, en el año 1921, con tan solo 17 años. Estuvo allí antes que Buñuel, a pesar de ser menor que él. Sus padres se habían divorciado y él vivía con su abuela. Todos los ‘caprichos’ que tenía su nieto se los daba ella. Solamente estuvo en París unos meses, pero el viaje fue fructífero. Allí empezó a ver películas en el cine club de Louis Delluc y conoció al director francés Marcel l'Herbier, amistad que mantuvo durante el resto de su vida. En definitiva fue un viaje iniciático para él”.

Con dinero de su abuela, Val del Omar realizó su primera película, ‘En un rincón de Andalucía’, en 1927. Sin embargo, no le gustó el resultado y la destruyó. Después hizo un viaje a Las Alpujarras con la intención de hacer meditación trascendental. En aquel momento pasó de ser un bohemio (su familia tenía un concesionario de la marca de coches Buick) y comenzó a reflexionar sobre el ‘sentido místico de la energía’. Aquí se forjó la Meca Mística. La mecánica ya estaba presente desde la época de los coches. 

PB: “En los años 20, Val del Omar ya está hablando de sus futuros inventos, como la diafonía (sistema de sonido de dos fuentes sonoras anterior al sistema estéreo), el desbordamiento apanorámico (la proyección de imágenes abstractas en las paredes laterales y el suelo de la sala junto a la proyección tradicional) o la ‘tactilvisión’ (proyectar fuentes de luz sobre objetos tridimensionales para darles vida y sensación de corporeidad).

En los años 30 Val del Omar entra a formar parte de las Misiones Pedagógicas (1931-1934) fundadas por Bartolomé Cossío durante la Segunda República. Trabajaba como fotógrafo, director de cine, montador y proyeccionista. ¿Cómo entró a formar parte de aquel movimiento pedagógico?

GSB: “En realidad se ‘enroló’ en las Misiones a través de Bartolomé Cossío. Cossío era un ídolo para Val del Omar. El cineasta había leído su libro sobre El Greco, un estudio fundamental que cambió totalmente la imagen del pintor en España. Hasta su publicación, El Greco era considerado un extravagante o un loco, un tipo con un defecto en la vista”.

En algún escrito Val del Omar afirma que fue Federico García Lorca quien le presentó a Bartolomé Cossío. Lorca era mayor que él y en aquel tiempo un personaje ya reconocido. El universo de Val del Omar era eminentemente técnico y entonces casi nadie sabía nada acerca de lo que él hacía. La técnica en esos años era algo ‘extravagante’. Tuvo un círculo muy pequeño de amigos, no existe ningún documento en el que Lorca mencione al director de cine. Sin embargo, su contacto con Cossío fue grande, estuvo en las Misiones desde el principio y con ellas realizó, según sus propias declaraciones, más de 40 documentales. Prácticamente en paradero desconocido.

PB: “Pensamos que alguno de estos documentales podrían aparecer con el tiempo en algún archivo militar. Una de las teorías acerca de esto es que el Gobierno franquista los eliminó, otra es que la propia casa Kodak se deshizo de ellos. Kodak ponía el negativo, y le daba una copia del documental a Val del Omar. Aunque existen unos archivos sin clasificar en Rochester, se cree que Kodak se pudo deshacer drásticamente de todas aquellas películas”.

GSB: “Este es un punto que está por explorar. Me resisto a pensar que estén todas perdidas. Lo cierto es que nos han llegado solo cinco documentales de aquellos años. Entre ellos ‘Estampas 1932’, de la que se presenta cierto material en esta exposición del Reina Sofía, y ‘Vibración de Granada’ –película hecha con material de las Misiones, pero sufragada por Val del Omar– y que es una premonición de lo que haría en ‘Aguaespejo granadino’ de 1953”.

También trabajó con Josep Renau, el que fue director general de Bellas Artes durante la guerra, ¿no es así?

GSB: “Su trabajo con Renau está documentado. Val del Omar pertenecía al Ministerio de Instrucción Pública de la República. Renau era entonces director general de Bellas Artes, y Val del Omar estuvo en Valencia hasta el final de la guerra. En mi opinión, toda la obra de foto-collage de Renau influyó bastante en el cineasta”. 


Muchas de las fotos del Pabellón de la República de París (1937) fueron tomadas por Val del Omar y Gonzalo Menéndez Pidal durante las proyecciones de cine de las Misiones. Lo que hacía luego Renau con ellas era realizar ‘collages’. En uno de los libros recientemente publicados con motivo de la muestra del Museo Reina Sofía, Jordana Mendelsson, la comisaria de la misma, trata el tema de las fotografías de Val del Omar, de las cuales algunas sirvieron para hacer los collages de Renau. También sus fotos hechas durante las Misiones, las de los niños asombrados ante el cine, se utilizaron como propaganda para ilustrar la idea de que eran niños aplastados por la aviación fascista. 

PB: “Las caras de admiración con el cine se convirtieron en caras de terror por los bombardeos de la aviación fascista”.

¿Qué sucede con Val del Omar cuando los nacionales entran en Valencia casi al final de la guerra?

PB: “Cuando los nacionales entraron en Valencia, Val del Omar estaba esperando a que le dieran el ‘paseillo’, para ser fusilado. Pero al ser un técnico pudo escapar de la muerte, pues los nacionales le mandaron a trabajar en Radio Mediterráneo en el Circuito Perifónico, un invento suyo, que luego se destinó a la propaganda del Régimen. Estuvo unos meses trabajando hasta que, sin saber aún cómo, le dejaron marcharse. Finalmente viajó a Madrid en 1941”.

En los años 30 trabajó en diversos inventos como en un antecedente de lo que hoy conocemos como zoom...

GSB: “Inventó el zoom mucho antes de que el que conocemos hoy en día se patentara. Lo creó guiado por un sentido místico de la imagen, el de ‘aprojimar’ a los gitanos del Albaicín hasta el Palacio de la Alhambra. De hecho existe un zoom en una de sus películas de los años 30, ‘Fiestas profanas, fiestas cristianas’ (1934-35). Aquí puede verse una escena hecha con esta técnica, con unos molinos de viento de Cartagena como fondo. En ésta, aparte del movimiento de rotación, hay un acercamiento de zoom, cuando aún no estaba patentado el invento”.

viernes, 14 de marzo de 2014

Yoko Ono a los 80 y Olafur Eliasson




Yoko Ono. Half-a-Window Show. Museo Gugghenheim. Bilbao. Hasta el 1 de septiembre. 
Los 60, ¡aquellos maravillosos años!, aquella maravillosa época de experimentación. Allí se dio al traste de una vez por todas con el arte elevado. Fue en ese momento, en Nueva York, cuando una joven artista japonesa llamada Yoko Ono empezó a aportar su granito de arena a esa revolución cultural que supuso la década. Desde su loft neoyorquino, por el que pasaron la gran mayoría de los creadores de la escena conceptual Fluxus del momento, se dio eso que ha venido a llamarse arte de acción. Ahora, muchos años después, Yoko Ono nos presenta una visión retrospectiva de lo que fue todo aquello en 'Half-a-Window show' en el museo Guggenheim de Bilbao.

Yoko Ono no es John Lenon, ni por asomo la 'esposa de...' ese reconocido cantante. Yoko Ono es una artista conceptual, cuyo trabajo de corte feminista, precisamente trataba de romper con esa posición dominante del patriarcado. En esta exposición podemos contemplar material relacionado con una de las performances más importantes del feminismo, e ideada por la japonesa. Se trata de 'Cut piece', una acción de 1965 en la que la artista invitaba a los espectadores de la performance a recortar su vestido. Con ésto trataba de denunciar el rol pasivo de la mujer, dominada por el hombre a lo largo de la historia.

La exposición incide también en la importancia de la amplitud del abanico de medios con los que trabajó la creadora. Desde pintura, vídeo, performance, escultura, etc..., a sus 80 años Yoko Ono no ha dejado de trabajar. Lo interesante de su trayectoria es ver como apostó desde un principio por llevar a cabo un 'mix' de medios artísticos en sus obras. Fue en los 60, cuando se puso el énfasis en eliminar las líneas divisorias entre los distintos soportes y las distintas categorías artísticas. En una misma pieza podía verse danza, unida a poesía, mezclada con pintura, y completada por el vídeo o la fotografía, todo en uno.

Además la idea de juego, el azar, la importancia de la vida cotidiana y lo inmaterial son otros de los conceptos que inundan su creación y que pueden verse en la muestra. Todos ellos nos llevan a la experiencia de Dadá y de Duchamp, y en los años 50 a las creaciones de John Cage: 4' 33'' y Pieza teatral N°1.




Olafur Eliasson. Your succesful uncertainty. Galería Elvira González. Madrid. Hasta el 16 de abril.
De espectáculo para los sentidos. Así puede ser catalogado el arte de Olafur Eliasson, creador danés internacionalmente reconocido por su proyecto para la Sala de Turbinas de la Tate Modern, 'The weather project'. Este artista, profesor en la universidad de arte de Berlín, presenta ahora en la galería madrileña Elvira González su trabajo titulado 'Your succesful uncertainty', un compendio de varias de sus instalaciones que no pueden dejar de visitar.

La nueva muestra del espacio madrileño trata de interactuar con el espectador, al presentarle diversas obras que incluyen dispositivos ópticos, instalaciones de luz, una brújula suspendida y una serie fotográfica. Las piezas tienen como base conceptual todo lo que tiene que ver con la filosofía moderna de la 'Fenomenología de la percepción', en la que la experiencia de espacio y de tiempo de la pieza, la experimentamos a partir más bien de nuestro cuerpo que de nuestra mente.

'No es solo lo que ves, sino cómo lo ves'. Así, perspectiva, efectos de luces sobre los objetos, sombras y efectos ópticos en general llevan su trabajo al campo del ilusionismo, nos adentran en una experiencia enormemente sensorial. La trayectoria del artista danés se vio enormemente potenciada con la instalación de la sala de turbinas de la Tate Modern. En 'The weather project' (2003-2004) se podía ver algo parecido a un inmenso sol rendondo realizado a partir de miles de bombillas. A lo largo de los seis meses que duró la exposición pasaron por ella dos millones de visitantes.

Aparte de la naturaleza y de los sentidos, Olafur Eliasson conecta sus proyectos también con la sociedad actual, tratando de actuar sobre ella con la intención de mejorarla. Muestra de ello es su colaboración con el artista y activista chino Ai Wei Wei. Verdaderamente se nos antoja difícil caer en la cuenta de esta última afirmación del danés, pues ciertamente sus instalaciones son espectaculares, un goce para los sentidos, pero si tienen visos críticos o denunciatorios con su tiempo, son tan crípticos que se hacen inapreciables.

viernes, 7 de marzo de 2014

Allan Kaprow vs Matisse


Allan Kaprow. Otras maneras. Fundación Antoni Tàpies. Barcelona. Hasta el 30 de mayo.
...Cualquier clase de objeto constituye un material para el nuevo arte: la pintura, las sillas, la comida, las luces eléctricas y las luces de neón, el humo, el agua, unos calcetines viejos, un perro, las películas y otro millón de cosas que los artistas de la presente generación descubrirán...”. En 1958, el artista norteamericano Allan Kaprow escribía 'The legacy of Jackson Pollock', al que pertenece el extracto antes citado. El texto supuso un punto de arranque fundamental acerca de lo que vendría a posteriori en la década de los 60. Como decía el artista, 'esta será la alquimia del arte'. Su figura y su trabajo, son ahora objeto de exposición en la nueva muestra de la Fundación Antoni Tàpies titulada 'Otras maneras'.

Nuevos caminos son los que podemos ver aquí. Otras vías que en definitiva no hicieron más que alejarse del gran arte de la pintura para abrir senderos que llevaron hacía la irrupción de la performance y del happening. Las premoniciones de Kaprow se cumplieron, y el arte de acción, el land art, el minimal o el conceptual, entre otros, eclosionaron en una década marcada por la creación en constante conexión con el activismo.

Arte y revolución se dieron la mano en los 60 para llegar hasta hitos tan fundamentales como los Feminismos o la crítica institucional y el anticonsumismo. Algunas de las obras que se pueden ver en esta muestra como 'Birds (Pájaros)' o 'Household (En familia)', de 1964, están en íntima conexión con los movimientos feministas. La deriva hacia la inmaterialidad del objeto artístico con el que trabajaban los creadores en los 60, llevó a la importancia del cuerpo en sus performances como herramienta con la que trabajar, así como el uso de materiales efímeros como el hielo.

Kaprow llegaría a estas conclusiones guiado, como no, por el 'padre' conceptual de la mayoría de los artistas relacionados con el movimiento Fluxus: John Cage. A finales de los 50, Kaprow asistió a conferencias y clases impartidas por Cage en la New School for Social Research de Nueva York donde daba clases. Allí el artista americano se dio cuenta de la importancia prestada al azar por parte de Cage. Esto luego lo incorporó a sus happenings. Fue entonces cuando hizo su famosa '18 happenings in 6 parts', presente en la exposición, y con la que se inauguró la galería Reuben en 1959.



Henri Matisse: The Cut-Outs. Tate Modern. Londres. Hasta el 7 de septiembre.
En su época, sonaron a chiste para muchos, hoy son obras maestras para todos. Los recortables de Matisse, presentes en una exposición en la Tate Modern de Londres durante estos días, demuestran el impulso creativo de un artista, que aún estando convaleciente jamás se resignó a abandonar su trabajo. Al igual que Picasso, la pasión por crear de Matisse le acompañó hasta sus últimos días. La exposición, que contará con 120 obras de colecciones privadas y museos de todo el mundo, será "la más importante jamas organizada sobre el trabajo de Matisse" con esta técnica.

En 1941 el artista francés fue diagnosticado de cáncer, lo que le obligó como consecuencia de la operación a estar postrado en una silla de ruedas el resto de sus días. Matisse cambió entonces los pinceles por unas tijeras de gran tamaño con los que empezó a recortar papeles de colores guiándose por una esencia de la forma y un primitivismo que habían estado presente en toda su obra anterior.

Para la colocación de estos recortables en el entorno de sus composiciones el artista contó con asistentes, una de ellas fue Jacqueline Duhême. Ésta, con apenas 21 años empezó a trabajar con el artista francés.

La técnica a la hora de realizar estos recortables era primeramente escoger papeles de colores rectangulares para presentárselos a Matisse. Este los recortaba y luego Jacqueline los colocaba con alfileres sobre la pared, siguiendo las indicaciones del artista.

Color, color a raudales a gran escala. Los recortables poco a poco fueron ganando tamaño. La escala de los mismos creció exponencialmente hasta llegar a los diseños de la capilla del Rosario de Vence, su proyecto más ambicioso. Energía y alegría de vivir en estado puro podrán verse en esta muestra, al estilo Matisse.