viernes, 23 de mayo de 2014

Itinerario de Cuerpo. La conciencia del cuerpo Salas 410 y 411

Bicho de Lygia Clark

Coincidiendo con 1945, año en que se publica el texto del filósofo francés Merleau Ponty, Fenomenología de la percepción, muchos artistas empiezan a reflexionar acerca del modo en que sus obras dialogan con el espectador. Se produce en este momento una ruptura con el concepto moderno de contemplación autónoma del arte, para hacer de éste una experiencia corpórea en el tiempo y en el espacio reales. Piezas como las de la brasileña Lygia Clark o el venezolano Jesús Soto cobran ahora sentido a partir de la interactividad del cuerpo del espectador con las mismas. 

A principios de los años sesenta, Clark empieza a trabajar en esta línea, ideando unas obras que denomina ‘bichos’. Éstos, presentados en la VI Bienal de São Paulo, en 1961, están hechos de paneles de metal con bisagras que se pueden manipular, convirtiendo sus creaciones en piezas “vivas”. Organismos modificables parecidos a un átomo o a una célula que cobran sentido únicamente a partir de la interacción con nuestro cuerpo. Espectador y bicho forman aquí un ente único, tomando conciencia el primero de todos sus sentidos a través de la pieza. 

La noción cartesiana clásica del “Pienso luego existo” es sustituida por el “Siento luego existo” moderno. Este debate será trascendental en la cultura popular de América Latina y en concreto en Brasil, donde la preeminencia del cuerpo ha sido siempre fundamental y ha llegado a convertirse en un rasgo distintivo. La brasileña Lygia Clark realizó una profunda reflexión acerca de lo corporal en su trabajo. Tras denunciar el modo en que muchos creadores latinoamericanos habían asimilado acríticamente los presupuestos de la abstracción geométrica europea, hizo un camino a la inversa para devolver a su obra todo lo conectado con el cuerpo y con la tierra, a partir de los años sesenta. En este período, Clark, en una especie de acto antropófago “caníbal” (siguiendo las teorías del poeta Oswald de Andrade), engulló de nuevo todo lo originario de la cultura brasileña y, ayudándose de sus bichos y sus objetos relacionales, introdujo de nuevo la preeminencia de lo corporal en el arte.

martes, 20 de mayo de 2014

Nuevo Itinerario de Cuerpo. Museo Reina Sofía


Por fin nos estrenamos con el nuevo Itinerario de Cuerpo escrito por los mediadores culturales del Museo:

El itinerario Cuerpo forma parte de un programa de visitas comentadas que hacen un recorrido transversal por varias partes de la Colección, tomando como hilo conductor una temática común que propone una perspectiva más amplia y rica de las obras seleccionadas.
En este caso, se trata de un acercamiento a uno de los puntos centrales y más recurrentes del arte de la segunda mitad del siglo XX, muy presente en el período abordado en las salas de la Colección 2. Desde que el horror y la violencia de los cuerpos sacrificados en la Segunda Guerra Mundial abrió los ojos a los artistas sobre la imposibilidad de volver a la idealización de la belleza anterior, el cuerpo, en su dimensión más cruda, se convierte en el medio de expresión de todos los sentimientos, deseos y miedos, en definitiva, de todas las experiencias humanas: desde las pulsiones sexuales y voyeuristas hasta la conciencia liberadora del cuerpo, concebido ahora como campo de acción y de reivindicación de los discursos de emancipación individual y social.
La visita desarrolla las obras de creadores que trabajaron en la posguerra, como Lee Miller, Jean FautrierHenri Michaux oPablo Picasso; de los primeros que experimentaron con el cuerpo como medio artístico, como Yves Klein o Alberto Greco; o de los que analizaron el papel del cuerpo como sujeto de consumo, como los miembros de Equipo Realidad o de la Internacional Situacionista.
(Texto de la web del Museo)