viernes, 29 de noviembre de 2013

Colección Masaveu, Formas Biográficas y la obra de Nicolás Müller

Colección Masaveu: Del Románico a la Ilustración. CentroCentro Cibeles. Madrid. Hasta el 25 de mayo de 2014.
El patrimonio artístico y cultural en España es ingente. No sólo las colecciones públicas cuentan con verdaderas obras maestras del arte universal, sino que también las privadas esconden gran cantidad de piezas, que bien podrían formar parte de alguno de los grandes museos del mundo. CentroCentro Cibeles, que poco a poco ha ido perdiendo calidad en sus propuestas expositivas, mantiene sin embargo un interesante propósito de dar a conocer colecciones particulares radicadas en España. La institución dependiente de la Comunidad de Madrid, primero nos presentó la Colección de la Casa de Alba, siguiéndole recientemente la exposición de parte de la colección privada de la galerista Helga de Alvear, para terminar ahora con una muestra de algunas de las obras maestras de la colección ‘Masaveu’ de Oviedo. 

Este tipo de muestras se presentan como doblemente interesantes, ya que por una parte descubren al público algunos de los tesoros de estas colecciones particulares, al tiempo que fomentan el concepto de ‘mecenazgo’ entre la sociedad. La exposición, titulada ‘Colección Masaveu: Del Románico a la Ilustración’, nos descubre un total de 64 pinturas y esculturas pertenecientes a un marco cronológico muy amplio, desde los siglos XII al XIX. Divididas en tres secciones que van desde la presentación de valiosísimas tablas venecianas del románico, pasando por obras renacentistas de El Greco como plato fuerte, hasta dos obras conectadas con la historia de Madrid como son un lienzo de Alonso Cano perteneciente a la iglesia de San Ginés, o una pintura de Vicente López confeccionada para el oratorio de la reina María Cristina en Carabanchel (entre otras piezas). La Colección Masaveu se encuentra radicada en Oviedo y cuenta con unos fondos de más de 1.500 obras.

Formas biográficas. Construcción y mitología individual. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid. Hasta el 31 de marzo de 2014.
El Museo Reina Sofía, a través de la figura del comisario de su nueva exposición ‘Formas biográficas. Construcción y mitología individual’, construye su particular visión del concepto de narración y escritura de la vida de los artistas. La muestra, que se podrá visitar hasta el 31 de marzo de 2014, analiza el concepto de ‘biografía’ partiendo de la figura del escritor Gerárd de Nerval, creador del concepto de ‘mitología personal’. Nerval, con esta idea, se refiere a una especie de construcción genealógica de la vida de cada individuo, edificada sin un orden cronológico concreto y a partir de la mezcla de ficción y realidad. Sueño y vigilia se dan cita en esta definición del escritor francés con el fin de construir nuestro propio relato existencial desde el punto de vista de los recuerdos, más que desde los puros hechos factuales. 



En la construcción de ese mito personal del que hablamos, también se sitúa en esta exposición la figura de Franz Kafka, del que se ha tomado su interés por construir su propia vida a partir de sus detalles, más que a partir de su conjunto. Esto último conectaría así con la asociación libre, promovida por el psicoanálisis freudiano. También se halla en la muestra el concepto promovido por Rimbaud del “yo soy otro”. Una reflexión acerca de cómo construimos nuestra biografía desde cómo nos ven los otros, más que desde cómo nos vemos a nosotros mismos. Así, se presentan en esta muestra un gran conjunto de obras de artistas desde el siglo XIX hasta nuestros días. Piezas realizadas por creadores como Michelangelo Pistoletto, Antonin Artaud, Louise Bourgeois, Georges Braque o André Breton, y que reflexionan sobre todos estos conceptos. Además la muestra incluye obras hasta ahora nunca vistas en España, concluyendo con la impresionante instalación de la artista Dorothea Tanning, ‘Chambre 202’ de 1970. 


Nicolás Müller. Obras maestras. Sala Canal de Isabel II. Madrid. Hasta el 23 de febrero de 2014.
Nicolás Müller pertenece a una generación de grandes exponentes de la fotografía del siglo XX. Nacido en Hungría, empezó su trabajo en un país que dio grandes firmas en los años 20 y 30, como Brassaï, Kertész o Robert Capa. Su figura encaja dentro de una tradición que estilísticamente estuvo muy influida por el Constructivismo ruso y por las nuevas tendencias vanguardistas de la Bauhaus alemana. A finales de los 30, cuando el nazismo se convirtió en la sombra de todos estos creadores, muchos artistas se vieron obligados a huir de sus países de origen. Este fue el caso de Müller, el cual escapando de esa ‘plaga’ ideológica, tuvo que refugiarse en Francia. Allí contactó con sus compatriotas artistas, empezando a publicar reportajes realizados en la zona portuaria de Marsella. Más tarde la invasión alemana le obligó a huir a Portugal donde residió durante algún tiempo hasta recalar en Tánger. Fue allí, en este territorio marroquí ocupado por las tropas de Franco desde 1940 hasta 1945, dónde Müller conoció a Ortega y Gasset y se forjó su conexión con España. 

En Marruecos, el fotógrafo húngaro forjó una nueva visión documentalista, casi a partir de la nada (al margen de la fotografía de Ortiz-Echagüe). Su obra sirvió al Régimen para hacer una buena propaganda de este reducto colonial español. Más tarde, en 1947, cuando llegó por primera vez a España para exponer de la mano de Ortega y Gasset y la Revista de Occidente, su obra se volvió menos denunciatoria. Destacan en ese momento sus célebres retratos de niños. En esta etapa trabajó para editoriales y revistas, al tiempo que abrió un estudio donde se dedicó al retrato comercial. 


Esta nueva muestra retrospectiva de su trabajo es fruto de un intenso estudio de archivo realizado por el fotoperiodista Chema Conesa, en colaboración con la hija del artista, Ana Müller, también fotógrafa. Después de estar en la sala madrileña, viajará el próximo año al Jeu de Paume. Hors les Murs de Tours en Francia.